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¡Hola a todas! Y bienvenidas a la segunda temporada al podcast para psicólogas de “De psicólogas para psicólogas”, creado por Eunip. En el episodio de hoy hablaremos sobre el Límites terapéuticos a través del empoderamiento. Estaremos acompañadas de Eva, psicóloga del equipo de Somos Estupendas.
Además, queremos recordaros que ya tenemos la matrícula abierta para que puedas reservar tu plaza para la segunda edición del Máster de Psicoterapia Integradora. Así que si quieres formarte en psicoterapia integrativa no dudes en echarle un vistazo.
En este episodio queremos darle importancia a la idea de que, como psicólogas, es positivo y necesario poner límites en determinadas situaciones del proceso de terapia.
A lo largo del episodio de hoy, hablaremos sobre porque son importantes los límites terapéuticos a través del empoderamiento, porqué nos cuesta poner límites y qué necesitamos para poder poner límites en la relación terapéutica.
En este podcast hablamos de:
- ¿Por qué crees que es importante integrar los límites terapéuticos a través del empoderamiento?
- Desde una perspectiva de género, ¿por qué nos cuesta poner límites?
- ¿Tiene relación esto con el síndrome de cuidadoras y salvadoras que comúnmente nos aparece a lo largo del proceso de terapia?
- ¿Qué necesitamos para poner esos límites terapéuticos desde el empoderamiento?
¿Por qué crees que es importante integrar los límites terapéuticos a través del empoderamiento?
En general nos cuesta poner límites terapéuticos, porque tenemos muy presente ese rol de Salvacóloga. Cuando comenzamos a realizar terapia nos sentimos muy chiquititas, por lo que nos cuesta poner límites, ya que esa motivación para crecer nos arrastra a ello. Luego porque es un trabajo muy demandante, y no podemos tener una jornada de 40 horas, ya que estamos todo el rato fuera de nosotras, o incluso luchando con nosotras mismas para que lo nuestro no interfiera en la terapia.
Luego también si no nos protegemos y cuidamos hace que terminemos desgastadas, por esa creencia de que tenemos que estar no solo en la terapia, sino también fuera de ella, porque «Soy psicóloga y cómo no voy a estar».
Esa energía con la que empezamos no nos permite al principio darnos cuenta de lo importante poner unos límites dentro y fuera de terapia, ya que estamos replicando el vínculo con el paciente. Por lo que si yo establezco unos limites con el paciente para contactar conmigo, voy a permitirle ver otras formas de hacer. Si no pasa nada cada vez que un paciente no viene, me cancela… estoy replicando un modelo que tampoco es funcional para el paciente. Es fundamental poder ver la importancia de estos límites para poder realizar ese autocuidado que es tan importante en terapia.
Y no olvidemos que los pacientes vivencian los límites que ponemos como algo muy necesario y normalizado. Por lo que ese miedo que aparece en relación a lo que pensarán de nosotras como profesionales al poner límites, se ve corregido al ver que en la mayoría de las ocasiones nuestros pacientes nos validan esa necesidad.
Desde una perspectiva de género, ¿por qué nos cuesta poner límites?
Aquí hay que tener presente la base de la sociedad patriarcal, en la que lo femenino se percibe al servicio de lo masculino. Por lo que si ademas tengo muy definido que es eso que tengo que ofrecer, siento que tengo mas deuda con la sociedad, por ese conocimiento que tengo que dar, de donde aparece mas culpa y responsabilidad.
Si te pasas por la mayoría de las facultades de psicología, la mayoría son mujeres, porque esto forma parte de como hemos crecido. Se tiene el concepto de que la mujer está al servicio de, lo que implica sacrificio de mi, porque estoy para el otro. Esto va a dañarme, me va a desgastar y por ello, necesitamos esa conciencia para que no me arrastre.
Es esa tendencia aprendida del sistema, en el que tenemos la creencia de que tenemos que sostener, ayudar y cuidar. Pero por ello es importante poner esos límites que me dan esa guia desde donde poder cuidarme. Para ello, tengo que tener en cuenta esas señales que aparecen en mi cuando un paciente no acude o cancela, o me escribe de forma reiterada. En estos momentos tengo que poder plantearme que límites necesito poner para protegerme de ese desbordamiento que es innecesario.
Es importante tener en cuenta cuales son esos límites laborales que necesitamos para nosotras. Es decir, esos límites que necesito poner y que me permiten protegerme, a pesar de la forma de vincularse de cada paciente. Ya que nosotras tenemos esa capacidad de poner límites y podemos modular esa forma de relacionarnos con ese paciente para que también pueda replicar ese vínculo con su entorno.
¿Tiene relación esto con el síndrome de cuidadoras y salvadoras que comúnmente nos aparece a lo largo del proceso de terapia?
El síndrome mas presente es el de salvadora, ya que implica una necesidad en mi, hasta el punto de que hay algo en mi que genera la necesidad de quitarme cosas a mi para ponérselas al otro. Esto es lo que mas nos puede afectar, ya que si esto sucede de forma excesiva, nos va a implicar perdernos a nosotras.
Hay que cuidar hasta que punto nosotras tenemos que ser las psicólogas de nuestras familias, de nuestro entorno. Hay una parte fundamental de entender nuestra historia, si conecto con ese síndrome de la salvadora, es porque hay algo de mi que estoy resolviendo en el salvar al otro. Si no lo hago consciente, me esta dañando a mi, no solo en mi propia historia y en mi propio trabajo.
Ser psicóloga, no es algo que solo nos afecta en nuestro espacio laboral, sino en nuestra vida personal. Ya que en ocasiones necesitamos poder poner esos límites que me permitan ver desde donde hago ese acompañamiento en la vida de las personas de nuestro entorno. Necesitamos ver que las personas de nuestro entorno, no necesitan nuestro rol de psicólogas, sino de amigas o familiares y que también me da valor a parte de ayudar.
¿Qué necesitamos para poner esos límites terapéuticos desde el empoderamiento?
En primer lugar podernos revisar, si de repente un paciente me anula o me deja un hueco y yo pienso «Que bien», es importante pensar que es lo que significa esa sensación. Desde esa observación, es mas fácil entender que límites son los que a mi me pueden funcionar, y que es lo que me hace bien. No todos los límites son válidos para todos nosotros, sino que dependiendo de cada terapeuta, así serán los límites que le funcionen.
Por otro lado, revisar como estoy afrontando las sesiones, poder revisar los casos, porque estoy en ocasiones en automático, y no estamos haciendo cosas diferentes. En estos casos tenemos que revisar también nuestro diálogo interno, que me digo, como me siento en mi parte laboral, realizar un trabajo de reconocimiento de nuestro valor, ya que nuestros recursos y capacidades son importantes y nos han costado poder desarrollarlos. No solo que nos lo reconozcan desde fuera, sino que nos lo podamos reconocer nosotras.
Algunas de las preguntas que nos podemos hacer para podernos cuidar son:
- ¿Que hace que me tranquilice en este momento?
- ¿Que sensaciones tengo? ¿Qué me quiere decir mi cuerpo?
- ¿Qué límites necesito poner o me funcionan mejor a mi?
- ¿Qué horarios son los que a mi me funcionan a mi mejor?
- ¿Qué comunicación con pacientes es la que a mi me hace sentir mejor?
En la medida de lo posible necesitamos ponernos horarios de trabajo, ya que en ocasiones en los espacios de trabajo y ocio, terminamos dedicándonos a cosas de nuestra parte laboral. Te invitamos a que escuches nuestro podcast sobre las psicólogas somos las eternas estudiantes, en el que hablamos sobre la importancia de poder ponernos límites que nos permitan tener espacios de libertad y descanso.
Muchas gracias por acompañarnos otro día más. Y gracias por acompañarnos en este proyecto que tiene el objetivo de hacer tribu y sentirnos vistas y acompañadas como profesionales de la Psicología. Enhorabuena por dedicaros tiempo a cuidaros.