Miedos e inseguridades de una terapeuta

¡Hola a todas! Y bienvenidas a la segunda temporada al podcast para psicólogas de “psicólogas para psicólogas”, creado por Eunip. En el episodio de hoy hablaremos sobre los miedos e inseguridades de una terapeuta. Estaremos acompañadas de  Silvia Pueo, psicóloga y humana.

Hoy comienza la segunda edición del Máster en psicoterapia integradora. No queremos desaprovechar la oportunidad para recordaros que si os apetece seguir formándoos, podéis acceder a Seminarios y Casos Clínicos mensuales a través del programa de suscripción para psicólogas que podéis encontrar en nuestra web.

A lo largo del episodio de hoy hablaremos sobre cuáles son los miedos e inseguridades más frecuentes en una terapeuta, de dónde pueden nacer esos miedos y cómo podemos gestionarlos.

¿Cuáles son los miedos e inseguridades más frecuentes en un terapeuta?

Los miedos e inseguridades más frecuentes en mi primera sesión como psicóloga, suelen ir relacionados con el no saber suficiente, con quedarnos en blanco y con el miedo a dañar al paciente. Es decir, todo lo relacionado con el síndrome de la impostora. Y posteriormente se suelen mantener ese miedo o esa inseguridad respecto a lo que dices o como lo dices, para que le pueda llegar lo que le viene mejor al paciente.

Ese miedo o inseguridad a quedarnos en blanco, es importante manejarlos desde la perspectiva de percibir la terapia como un espacio similar a un baile. En el que hay un intercambio y no hay que llevar todo el peso de la conversación.

En ocasiones, gestionamos ese miedo e inseguridad teniendo chuletas con lo que le tenemos que decir, pero que en lugar de facilitarnos, nos dificultan el estar al tanto de lo que nos quieren trasladar. Además, es importante que podamos entender que sean los pacientes los que decidan si somos o no las psicólogas adecuadas para poder cuidarles.

En definitiva, no tenemos el control de lo que podemos ayudarles más allá de que nos mantengamos en esa posición idiosincrática, que les facilita ese poder y capacidad a la persona de decidir. Es fundamental percibir la relación como una igualdad, desde donde construir una relación segura que les permita explorarse.

¿Pueden sentir los pacientes nuestros miedos e inseguridades?

Seguramente lo puedan percibir a nivel no verbal, permitiéndonos mostrar vulnerabilidad, pero no la inseguridad de no saber qué hacer o por donde abordar cierta situación. Por ello, es importante que podamos mostrar esa parte que proponga posponer, pero que siempre muestre esa suficiencia, sin que nuestra parte humana que se percibe insegura ocupe el espacio de terapia. Al fin y al cabo, nuestros pacientes necesitan percibir que tenemos seguridad y control en los espacios de terapia desde los que los acompañamos.

Los errores dentro de la terapia, se pueden coger como una oportunidad en terapia para poder reparar. Obviamente, no somos perfectas, pero por ello mismo, podemos realizar un reconocimiento respecto a los errores como vehículo de construcción de un vínculo seguro.

¿De dónde pueden surgir esos miedos e inseguridades?

Por un lado, puede estar influido por el hecho de que es una profesión muy compleja, ya que son muchos recursos cognitivos que gestionar, pero también implica exposición de nosotras mismas. Al fin y al cabo, tenemos que estar manejando lo que se nos activa a nosotras, con cada uno de nuestros pacientes. Aquí reside la importancia de que nos podamos revisar como terapeutas.

Además, nuestros pacientes nos perciben como figuras en las que confiar para promover el cambio y como solución a su malestar. Esto hace que hayamos asumido un rol de salvacóloga y cuidadoras, que en ocasiones nos genera esa presión y responsabilidad. Todo ello muy alimentado por el hecho de que es una profesión muy solitaria en la que somos los únicos profesionales en la sala.

¿Cómo saber cuando supervisar un caso?

En realidad, nos viene bien supervisar siempre, sobre todo en la forma en que nos hace sentir ese paciente, como nos cae ese paciente, y qué emociones son las que nos están costando manejar por lo que nos recuerda o nos impacta.

Cuando las psicólogas vamos a terapia, hay un ejercicio interesante en el cual se percibe que hay detrás de los pacientes non gratos, es decir, qué características o variables son las que nos están influyendo en la construcción de la relación terapéutica con esa persona.

¿Qué hacer para sentirte más segura ante los primeros pacientes?

Siempre hay preguntas que pueden sernos útiles para salir de momentos en los que nos quedamos en blanco o no se nos ocurre que más decir, tales como: ¿Cómo te sientes?, ¿Qué te apetece hablar más ahora?, ¿Nos quedan 20 minutos, te gustaría que los aprovecháramos para hablar de algo concreto?

En función de los miedos e inseguridades que surjan, podemos manejar que hacer para poder sentirnos más seguras a nivel corporal, que nos permitan fluir. Una clave es la posición VASE, que es vertical, abierta, sinética y estable, y que nos permita poder soltar y mostrar seguridad.

Por otro lado, el plantearnos ¿Para qué estamos trabajando con el paciente que tenemos delante?, porque centrándonos en ello, podemos darle espacios a nuestra parte corporal y emocional, más que reformular esa parte cognitiva que en ocasiones nos remueven.

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Psicóloga General Sanitaria especializada en Trauma y Adicciones. Desde la seguridad del vínculo terapéutico nos podemos permitir mirar hacia nuestro interior, conectar con nuestras emociones y así poder entender al mundo y a nosotros mismos.

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