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¡Hola a todas! Y bienvenidas al podcast para psicólogas de “De psicólogas para psicólogas”, creado por EUNIP. A lo largo del episodio de hoy hablaremos sobre cómo gestionar los abandonos en terapia acompañadas de Paloma González, psicóloga del equipo de Somos Estupendas.
Ella también forma parte del equipo de profesionales que imparten el Máster en psicoterapia integradora de EUNIP. ¡No queda nada para que el Máster comience! En el podcast anterior hablamos de cómo intervenir en terapia desde un enfoque integrativo, y de cuál era la diferencia entre este enfoque y uno cognitivo-conductual.
En este caso, hablaremos de algo que a toda profesional de la psicología puede ocurrirle en algún momento de su trayectoria: un abandono por parte de un/a paciente.
¿Por qué razones puede existir un abandono en terapia?
Como decíamos hace unas líneas, es muy probable que veamos algún abandono por parte de nuestras pacientes a lo largo de nuestro recorrido profesional. Y esto es algo que hemos de normalizar y contemplar. Además, si contemplamos que esto puede ocurrir y cuáles son las razones que hay detrás, con más probabilidad podremos prevenirlo y gestionarlo.
Una de las primeras razones puede ir apareciendo al principio de la terapia: la falta de motivación intrínseca. Es muy importante que en las primeras sesiones exploremos cuál es el tipo de motivación que les trae. Es decir, ¿es suya? ¿o es una decisión impuesta por su entorno?
En este sentido, también podemos hablar como otra razón de las expectativas no satisfechas por parte de las pacientes. Habrá que explorar, también, cuáles son sus expectativas y ver si son realistas. De esta manera, podremos aclararlas y hacer un buen encuadre terapéutico.
Igualmente, si vemos que a lo largo del proceso las expectativas que existían no se están cumpliendo, también está bien explicitarlo, desde la honestidad, y que esto no se convierta en una razón por la que se abandone.
De la misma manera, otra razón que puede aparecer será la decepción que en algún momento puedan sentir hacia nosotras. Esto puede ocurrir cuando sus expectativas sobre nosotras no se están cumpliendo. Recordemos que en terapia se ponen de manifiesto las formas de vinculación de las pacientes. Otras razones que puedan llevar al abandono: falta de vinculación, tipo de personalidad, condiciones económicas o de tiempo, etc.
¿Hay alguna manera de prevenirlos?
No vamos a poder controlar todo dentro del espacio de terapia. Así, no siempre podremos atender a todas las razones o variables que puedan acabar en un abandono terapéutico.
Ahora bien, hay varios aspectos que pueden minimizar la probabilidad de que ocurra:
- Contemplar los abandonos como algo que puede ocurrir dentro de un proceso de terapia.
- Anticipar variables que pueden acabar llevando a un abandono terapéutico, como las que hemos visto anteriormente.
- Preguntar a la persona a la que acompañamos cómo se está sintiendo con el proceso.
- Revisar expectativas e ir revisando objetivos a lo largo de la terapia.
- Preguntar directamente si está pensando en abandonar el proceso, cuando percibimos que puede estar siendo así.
- Generar un vínculo terapéutico sólido, a través del cual se sientan en confianza de trasladarnos aquello que sienten en relación con nosotras o con el proceso.
- Hacer un buen encuadre terapéutico (informar acerca del proceso, ajustar expectativas, etc.).
- Planificar objetivos claros y realistas con las/los pacientes.
- Tener en cuenta la transferencia y contratransferencia.
¿Qué puede despertar esto en nosotras como profesionales?
Pese a que podamos entender a nuestras pacientes, y que no juzguemos su conducta, esto no quita que nos pueda afectar.
Como humanas que somos, un abandono terapéutico puede generarnos emociones de culpa, de vergüenza, tristeza, o incluso de miedo, entre otras.
Podemos sentir culpa desde la responsabilidad (o hiper-responsabilidad) que muchas veces nos acompaña como psicólogas. Ya hemos hablado en otros episodios del podcast de que, en terapia, también se pone de manifiesto nuestro propio síndrome de la salvadora o de la cuidadora.
Pero la decisión de abandono no tiene que ver, como hemos visto, con un solo factor. No somos el único factor que puede estar detrás de esta decisión, incluso podemos no estar en absoluto detrás de ella.
En este sentido, podrá aparecer mucha autocrítica hacia nosotras mismas.
Por otro lado, podemos sentir vergüenza como profesionales, en el sentido de “no ser capaz de ayudar” o “no haber estado a la altura”. Esta vergüenza puede tener mucho que ver, por ejemplo, con el síndrome de la impostora. Además, puede acentuarse cuando se comparte con otras compañeras de profesión.
Puede también aparecer tristeza. Y aquí es importante que normalicemos y reconozcamos que, para nosotras, ese abandono también puede ser un duelo. Especialmente en aquellos casos en los que más sólido haya sido el vínculo.
Entre otras emociones que pueden surgir, también hemos de contar con el miedo. El miedo a que esto vuelva a suceder en otros procesos de terapia, a “volver a fallar”, o a sentir que no valemos para acompañar. Todo esto será normal que aparezca, pero será importante revisarnos y tener herramientas para gestionarlo, que veremos a continuación.
¿Cómo gestionar la responsabilidad o culpa que podemos sentir?
Por un lado, es importante que nos recordemos que no podremos controlar todo dentro de un proceso de terapia. Lo haremos lo mejor que podamos, y que nos sintamos responsables o culpables no quiere decir que lo seamos. Es la persona quien tiene el control de su proceso.
Teniendo esto en cuenta, está bien que nos demos permiso para sentir lo que sintamos. Déjate sentirte como te sientas, aunque sepas que lo que sientas no es necesariamente una verdad absoluta.
En ese sentido, está bien que puedas acompañarte de forma compasiva y compartir con alguna persona de tu entorno lo que ha ocurrido y cómo te ha hecho sentir. Por supuesto, siempre es recomendable que puedas supervisar con otras profesionales.
Por otro lado, como Paloma comparte en el podcast, esta puede ser una buena oportunidad de aprender y crecer como profesionales. Podemos hacer un ejercicio de “Evaluación constructiva” en el que revisar todo el caso, y ver cuáles han sido las variables que puedan haber estado implicadas en que el abandono haya podido darse.
Muchas gracias por acompañarnos otro día más. Y gracias por acompañarnos en este proyecto que tiene el objetivo de hacer tribu y sentirnos vistas y acompañadas como profesionales de la Psicología. Enhorabuena por dedicaros tiempo a cuidaros.
¡Hasta el siguiente episodio!