Suscríbete a nuestro podcast: Spotify | RSS
¡Hola a todas! Y bienvenidas a la segunda temporada al podcast de “psicólogas para psicólogas”, creado por Eunip. En el episodio de hoy hablaremos sobre la relación terapéutica y la comunicación no violenta. Estaremos acompañadas de Cristina Falcón, psicóloga del equipo de Somos Estupendas
Además, queremos recordaros que ya tenemos la matrícula abierta para que puedas reservar tu plaza para la segunda edición del máster en psicoterapia integradora de EUNIP.
A lo largo del episodio de hoy, hablaremos sobre qué es la relación terapéutica, y la comunicación no violenta. Abordaremos las fases de la relación terapéutica, y las características de esta.
Relación terapéutica: ¿Qué es?
Cuando hablamos sobre relación terapéutica nos referimos a ese espacio seguro desde donde me puedo permitir explorar formas diferentes de hacer. Siempre sabiendo que es un espacio donde no me voy a sentir juzgada.
La relación terapéutica, o alianza terapéutica, es el vínculo que se establece entre el terapeuta y paciente durante el proceso de terapia. Como ya hemos explicado en varios episodios, esta relación es fundamental para el éxito del tratamiento, ya que proporciona a los pacientes la seguridad desde donde poder hacer cosas diferentes.
Así, la relación terapéutica se desarrolla y evoluciona a lo largo del tiempo, sobre todo respetando, y adaptándose a las necesidades de cada paciente. En la construcción de esa relación terapéutica se tiene que tener en cuenta la trasferencia y contratrasferencia, así como el uso de terapias basadas en el apego.
Características de la relación terapéutica
La relación terapéutica se caracteriza por una serie de cuestiones específicas que la hacen única y efectiva. A continuación, te dejamos algunas de las principales características de una relación terapéutica segura:
- Confianza: El paciente debe sentirse seguro para compartir sus pensamientos y sentimientos, sin temor a ser juzgado o traicionado.
- Empatía: La capacidad del terapeuta para comprender y resonar con las emociones y experiencias que los pacientes nos comparten.
- Autenticidad: implica que el terapeuta sea genuino y auténtico en su interacción con el paciente.
- Aceptación incondicional: El terapeuta debe aceptar al paciente tal como es, sin condiciones. De forma que el paciente se sienta libre de explorar y expresar sus verdaderos sentimientos y pensamientos.
- Comunicación efectiva: Una comunicación clara, abierta y honesta es esencial para el progreso terapéutico.
- Flexibilidad: La capacidad del terapeuta para adaptarse a las necesidades y circunstancias cambiantes del paciente es crucial. De esta forma podremos adaptar la intervención a las necesidades del paciente, desde esa perspectiva integradora.
Fases de la relación terapéutica
Como comentábamos, la relación terapéutica no es un proceso lineal, sino que pasa por varias fases a medida que se desarrolla.
Fase inicial
La fase inicial de la relación terapéutica establece las bases del proceso terapéutico. En ella, se lleva a cabo la primera toma de contacto entre el terapeuta y el paciente, y se sientan las bases para que la relación sea de confianza y colaboración.
En ella se realizará una evaluación exhaustiva y el establecimiento de los objetivos terapéuticos necesarios para poder mejorar el malestar del paciente.
Fase intermedia o intervención
Durante esta fase que comprende la mayor parte del proceso terapéutico, se profundizará en los problemas identificados. Y se abordarán activamente las necesidades del paciente a lo largo de las sesiones para alcanzar los dichos objetivos establecidos.
Fase final o cierre
La fase final de la relación terapéutica se centra en consolidar los avances logrados, dar seguridad al paciente mientras se le va preparando para cerrar el proceso terapéutico. Esta etapa es esencial para asegurar que los cambios y aprendizajes obtenidos durante la terapia se mantengan a largo plazo. Siempre teniendo en cuenta la importancia de reconocer y validar los sentimientos de despedida y asegurar que el paciente se sienta apoyado en esta transición.
¿Qué es la comunicación no violenta?
La comunicación no violenta es un acto, algo que hago o no hago, expreso o no, pero que va a provocar en la persona una sensación de cuidado. Un ejemplo de ello es poder preguntar ¿Cómo te encuentras o te sientes?, realizar una invitación para tomar las decisiones desde un punto libre, guardar silencio para poder hacerte una hipótesis sobre sus emociones antes de hablar.
Además, estos ingredientes suelen estar presentes en las relaciones que nos hacen sentir bien, en las que queremos estar y permanecer.
Por el contrario, la comunicación violenta, es algo que hago o no y que va a provocar en la otra persona un daño, alejamiento o distancia. Esto es algo que nosotros hacemos en algún momento para poder cubrir lo que necesitamos. Un ejemplo de ello, suelen ser los juicios, comparaciones…
El modelo de la comunicación no violenta, se basa en la práctica. Es decir, está construido en la idea de que las personas tenemos unas necesidades universales, estar hidratada, necesidades de seguridad, necesidad de relaciones… Así nuestras conductas y acciones van dirigidas a satisfacer nuestras necesidades.
Esta práctica es entrañable, ya que las personas nacemos con esa potencialidad para poder modelarnos y aprender. Cuando hay violencia en ocasiones es una forma de cubrir las necesidades, va a ser una estrategia desesperada de poder acceder a esa necesidad. Esto se debe a que no hemos encontrado otras estrategias o herramientas que nos permitan acceder a ello.
No olvidemos la necesidad de entender el contexto de la persona, que a lo mejor en él ha necesitado desarrollar esa comunicación no violenta. Por ello, hay una parte muy importante de poder entender esa historia de comunicación y ese contexto de desarrollo y la funcionalidad.
¿Cómo trabajar la comunicación no violenta en terapia?
En primer lugar, se busca el poder reconocer las necesidades y poder ir expresándolas. A continuación poder empezar a realizar pequeñas acciones en armonía que sean consideradas tanto con el uno como con el otro.
Esta forma de abordaje en terapia, busca un equilibrio entre lo que necesito y lo que busca la otra persona. Así en esta relación podremos potenciar la comprensión individual y el entendimiento de los demás.
Todos ellos son ingredientes que van a poder ayudar a las personas que acuden a terapia y necesitan de calidez, espacio seguro y libre para poder expresarse.
La comunicación no violenta se basa en el acompañamiento de la persona de forma incondicional, sin juicios y desde la seguridad. Siempre sin hacer a la otra persona depender de nosotros. Esa comunicación tiene que basarse en una comunicación con el otro sin exigencia, sin expectativas, sino desde el encontrar algo que cubra ambas necesidades.
Y, para aquellas que no nos conozcáis todavía y os apetezca seguir formándoos, podéis acceder a Seminarios y Casos Clínicos mensuales a través del programa de suscripción para psicólogas que podéis encontrar en nuestra web.