Teoría del apego: Qué es, Bowlby y libros

Desde el momento en que nacemos, los seres humanos somos incapaces de cubrir ninguna de las necesidades básicas para la vida (alimentación, cobijo, atenciones físicas y emocionales…). Es imprescindible vincularnos con una figura de referencia para poder asegurar nuestra supervivencia, y esto es algo para lo que venimos biológicamente preparados. Veamos con más detalle la teoría del apego.

Qué es la teoría del apego

Cuando un bebé siente malestar o miedo, se activa instintivamente su sistema de apego. Llorar, gritar o sacudirse son conductas para buscar seguridad. Si un cuidador atiende esas señales, se regulan las necesidades del bebé y se restablece la homeostasis. Cuando la seguridad está cubierta, es posible explorarnos a nosotros mismos, a los demás y el mundo que nos rodea, permitiendo así nuestro desarrollo evolutivo.

«La confianza en la figura de apego es la base de una personalidad estable y segura».

John Bowlby

Si los progenitores son capaces de mantener la mayoría del tiempo cubiertas estas necesidades, el bebé tendrá un apego seguro. Si los padres, en cambio, no se muestran receptivos, no están disponibles, son inconsistentes o incluso amenazantes, se acaba creando un apego inseguro. Según qué tipo de vínculo desarrollemos, viviremos emocionalmente de maneras muy diferentes como adultos.

La teoría del apego analiza estas casuísticas y también qué podemos hacer al respecto.

Teoría del apego de Bowlby

Aunque la teoría del apego está originariamente basada en teorías de Sigmund Freud y otros psicoanalistas, John Bowlby es considerado el padre de la teoría del apego. Esta teoría es fruto de exhaustivos trabajos de investigación en orfanatos británicos entre 1969 y 1980. Veamos algunos de sus puntos clave:

Características

Las fases para la creación del apego son:

• Mantenimiento de la proximidad: Hay un deseo de estar cerca de las personas con las que se crea un vínculo.
• Base segura: Al sentir seguridad, el niño siente autonomía para explorar el mundo.
• Refugio: Ante cualquier miedo o amenaza, el niño encuentra consuelo en su figura de vinculación.
• Angustia por separación: Se crea cuando falta la figura de apego.

Fases

El apego se compone de 4 características fundamentales:

• Fase de preapego: Ocurre en las 6 primeras semanas de vida. En bebé busca a través de conductas innatas inespecíficas una figura que le ofrezca seguridad.
• Fase de formación:  Entre las 6 semanas y los 6/8 meses aparecen las primeras señales de angustia por separación, aunque no hay una vinculación claramente definida respecto a la figura de vinculación, y no rechaza la interacción con otros adultos.
• Fase de apego: Entre los 8 y los 18/24 meses el vínculo emocional se percibe claramente. El niño busca a la figura de vinculación activamente cuando se va y hay rechazo hacia otros adultos desconocidos.
• Fase de las relaciones recíprocas: A partir de los 18/24 meses el niño entiende que la ausencia de la figura de apego no es permanente y esto le permite autorregularse. Se crea una vinculación sólida y estable gracias al lenguaje y la representación mental.

Tipos

• Apego seguro: Las figuras de apego están disponibles y son efectivas para cubrir las necesidades del niño, lo que genera seguridad y confianza. Las personas con apego seguro tienen una mejor autoestima, tienen mayores habilidades sociales, son más resilientes al trauma y tienen una mejor gestión emocional.
• Apego evitativo:  Es el resultante de progenitores emocionalmente no disponibles, con estilos de crianza distantes y críticos. El niño aprende a desactivar su conducta de apego puesto que cuando la activa se siente rechazado y aprende a estar mejor si sólo confía en sí mismo. El apego evitativo se denomina en la adultez negador o rechazante. Son personas que minimizan sus necesidades afectivas y también son menos hábiles para detectar y disfrutar las muestras de afecto de otras personas. Son hiperindependientes ya que su sistema de apego está hipoactivado.
• Apego ansioso: Las figuras de vinculación dan un apego ambivalente. En unas ocasiones son cariñosas y accesibles, y en otras son inaccesibles, por lo que el niño aprende que hiperactivando su sistema de apego mostrando más dependencia, consigue la atención que necesita. Este apego en la adultez se denomina preocupado. Crea adultos hiperdependientes y angustiados, con miedo al abandono y excesivamente autocríticos.
• Apego desorganizado: Los niños con este estilo vinculativo presentan un sistema de apego hiperactivado e hipoactivado al mismo tiempo y se suele asociar al trauma (negligencia, maltrato, etc) puesto que la figura de referencia es amenazante, inestable o peligrosa. El niño por un lado necesita generar conductas de acercamiento para vincularse con el progenitor, pero por otro lado necesita alejarse de él para protegerse. En la adultez este estilo de apego se conoce como desorganizado o temeroso y está representado por personas impulsivas y caóticas emocionalmente, cuyo sentido de la identidad propia o ajena suele estar afectado.

Profundizar en estos conceptos nos va a permitir saber cómo trabajar el apego en psicoterapia

Otros autores de la teoría del apego

Harry F. Harlow y Margaret Harlow

Realizaron célebres estudios con primates que demostraron que el apego es una necesidad básica para el desarrollo y que contacto físico con la figura de vinculación era priorizado sobre la función alimentaria.

Mary Ainsworth

Fue quien diseñó la “situación extraña”, que evidencia el apego cuando los bebés están cansados y nerviosos al pasar por 8 episodios que provocan dolor de separación y recelo hacia los extraños.

Mary Main

Colaboradora de Ainsworth, fue quien creó de la Entrevista de Apego Adulto (AAI por sus siglas en inglés), que permitió comprender el apego en adolescentes y adultos. También estudió cómo el apego de los padres puede condicionar el de los hijos.

Peter Fonagy

Postuló el concepto de mentalización o función reflexiva, como la capacidad para entender y dar significado a nuestra conducta y la de los demás en términos de estados subjetivos (pensamientos, deseos, sentimientos…). Es atribuir a la otra persona un mundo interno representacional-mental, lo que se asocia con un vínculo seguro.

Mario Mikulincer y Phillip R. Shaver

Las más recientes investigaciones han puesto de manifiesto que el apego se entiende mejor no tanto como cuatro tipos específicos sino utilizando dos dimensiones: ansiedad de apego y evitación de apego. Ubicando en dos ejes estas dos dimensiones, el modelo multidimensional de Mikulincer y Shaver sitúa los cuatro tipos de apego, pero de una manera más dinámica, que explica por qué debido a la “intensidad” en cada una de las dos dimensiones, es posible tener tipos de apego diferentes con personas diferentes.

Libros de teoría del apego

“El apego y la pérdida. Volumen 1. El apego”. John Bowlby.

Esta primera parte de la trilogía de Bowlby es todo un hito de la psicología. Realiza una formulación exhaustiva de la conducta del apego: cómo se crea, qué lo mantiene y qué funciones implica. Aporta diversas investigaciones empíricas confirmadas por la biología relativas a la vinculación.

“El apego y la pérdida. Volumen 2. La separación”. John Bowlby.

Detalla cómo la falta de los cuidados adecuados por parte de la figura de vinculación o la interrupción del vínculo (guarderías, hospitales, etc), pueden dar lugar a diferentes cuadros de psicopatología.

“El apego y la pérdida. Volumen 3. La pérdida”. John Bowlby.

Esta última entrega de la trilogía analiza los procesos de duelo, tanto de niños como de adultos, factores que afectan los diferentes cursos, tipos de personalidad, los diferentes cursos posibles, etc.

“La teoría del apego. Un enfoque actual”. Mario Marrone.

Hace una revisión muy completa de la teoría del apego desde sus inicios a la actualidad y su interrelación con el psicoanálisis.

“Apego y terapia narrativa. Un modelo integrador”. Arlene Vetere y Rudi Dallos.

Profundiza en la terapia narrativa vincular, un modelo integrador que bebe de la teoría del apego, la teoría de sistemas y la terapia narrativa.

“Una red segura. Apego, trauma y no monogamia consensuada”. Jessica Fern.

No sólo resume de forma muy clara la teoría del apego, sino que plantea cómo tratarlo de manera segura en relaciones sexoafectivas no monógamas.